Susuki Esmeralda G.
Desde el Averno.
Dice un dicho y dice bien: “¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?” Tenemos todo un sistema de justicia penal en México que debe ser capaz de administrar justicia conforme a derecho en cualquier caso necesario, sin embargo, se ha vuelto popular pedir firmas para todo, como si esto fuera un recurso de peso legal o contundente para hacer justicia.
¿Qué peso tienen dichas firmas en un proceso legal? La respuesta es simple: ninguno. ¿Entonces de qué se trata pedir firmas para aplicar la ley?
El caso más reciente es el del exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, donde se solicitó la consulta popular por medio de firmas por parte de Diputados Morenistas encabezados por Sergio Gutiérrez Luna, para solicitar que sea juzgado por la ley ante los supuestos delitos que se le imputan.
¿Realmente necesita el poder judicial un montón de firmas de los ciudadanos para abrir una carpeta de investigación y llevar conforme a derecho un proceso legal? ¿Está sujeta la impartición de justicia a firmas y sondeos del pueblo? Si es así, ¿qué papel juegan los designados para hacer valer la ley?
Hoy por hoy, son escasos los nombres de funcionarios que se encuentran en prisión, pero de muchos se señalan actos de corrupción, desvío de dinero o actos ilícitos; todos declaran abiertamente cosas unos contra otros en redes y entrevistas como mero juego de sombrerazos y golpeteo político, que jamás llega a ninguna resolución de un juez, en especial en tiempos de campañas políticas, es donde más florecen los dimes y diretes de todos contra todos, de forma directa o por medio de la llamada guerra sucia; se acusan unos a otros, se exhiben por medios de audios y videos, entre muchas otras cosas más que solo quedan en eso, en meros sombrerazos políticos.
En Tamaulipas tendremos un nuevo fiscal, y tenemos un recién instalado órgano de justicia, ¿será que por fin veamos aterrizadas y sustentadas tantas acusaciones volando en el aire de varios actores políticos y servidores públicos? ¿O simplemente la justicia seguirá volando entre firmas y sondeos populistas, que le dan el sabor al pueblo de tener en sus manos el poder?
La ley es clara, las autoridades renovadas y recién instaladas están obligadas a hacerla valer, haya firmas o no de la sociedad de por medio.
Ahora, ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? ¡Hasta la próxima entrega, saludos cordiales desde el Averno!