Por Erik Huerta
Tampico, Tam.- Dentro de la visita ad limina en donde acudieron Obispos del norte del País, que incluyó al Obispo de la Diócesis de Tampico José Armando Álvarez Cano, el Papa Francisco llamó a la esperanza u fraternidad con los semejantes.
El Vocero de la Diócesis de Tampico, Presbítero Néstor Javier López Rodríguez, informó que se trata del primer grupo de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) que visitó al Papa Francisco este jueves.
Acudieron a la cita 39 prelados que proceden de la región norte del país, se trata de las provincias eclesiásticas de Baja California, Bajío, Monterrey, Chihuahua, Durango, Hermosillo, San Luis Potosí y Tamaulipas.
Allí, el Pontífice les aconsejó tener “cuatro cercanías”, es decir, con Dios, con los obispos, con los sacerdotes y con el pueblo. Son cuatro conceptos que el Obispo de Roma ha desglosado ampliamente en su Pontificado, en especial, durante su discurso de apertura del simposium sobre sacerdocio.
La última visita ad limina de los obispos mexicanos se realizó en 2014 y también estuvo dividida en tres grupos por zonas geográficas: norte, centro y sur.
En este encuentro, también acudieron el Monseñor Eugenio Lira, obispo de Matamoros y el Monseñor Óscar Tamez, obispo de Ciudad Victoria.
Asimismo se informó que Bergoglio insistió mucho en ser pastores con olor a oveja y que la iluminación aterrice en las Diócesis, en la tarea pastoral cotidiana.
El Papa Francisco dio testimonio de las cercanías que sugiere y plantean que esto ha influido en el ambiente de la Curia Romana, de la Santa Sede y del Vaticano en general.
Durante esta semana de visita a los dicasterios, los obispos han encontrado a los Superiores y sus equipos de trabajo, muy cercanos, muy dispuestos a la escucha, el diálogo, el discernimiento.
En el mensaje central transmitió a México que es necesario llevar siempre la esperanza y ser cercanos al pueblo. “Esa es la esencia de Dios, la cercanía es el ser de Dios”.
Cabe destacar, que la visita ad limina apostolorum es la visita que todos los obispos diocesanos deben realizar a “los hogares de San Pedro y San Pablo” en Roma y el objetivo de la visita no es tan sólo visitar la tumba de los apóstoles, sino también el de informar al Papa, cada cierto tiempo, del estado de las diócesis que gobiernan.